lunes, 3 de julio de 2023

Realidades de un docente en formación.

(Por: López Sandoval Eduardo Sebastian)
Paradigma científico.


La jornada de prácticas del mes de junio de 2023 se llevó a cabo en la Escuela Primaria Urbana número 17 "Juan B. Gómez". En mi caso, estuve en 5º grado, donde pude observar algunos detalles importantes.

Durante la clase, noté que algunos alumnos comían, usaban el celular y se distraían con otras actividades. En ocasiones, incluso se recostaban en sus bancas. Además, pude presenciar situaciones relacionadas con la conducta de los alumnos, como peleas, discusiones, agresiones físicas, agresiones verbales y burlas en situaciones específicas, así como una falta de empatía.

Para apoyar el mejoramiento de la conducta de los alumnos, enfocándonos especialmente en la empatía, se deben llevar a cabo algunas actividades. Una de las propuestas fue la dinámica "Centro de premios", donde los alumnos recibirían un ticket de buena conducta con un valor de 3 puntos. Estos tickets podrían ser acumulados y canjeados por premios como un termo, una pelota, un carrito, dulces, entre otros. Con esta actividad, espero lograr una mejora en el comportamiento de los alumnos, principalmente en lo que respecta a la empatía hacia sus compañeros, motivándolos con posibles recompensas.

También se les presentó una autoevaluación al inicio de la jornada de prácticas, en la cual ellos identificarían su actitud relacionada con la empatía tanto en el aula como en su vida cotidiana. Esto busca que los alumnos reconozcan inicialmente su nivel de empatía y, a medida que pasen las semanas, puedan ver si ha cambiado la forma en que se expresa su empatía.

Después de realizar las actividades mencionadas anteriormente, pude observar que, al otorgarles los tickets por su comportamiento durante el día, mantenían una actitud positiva. Los alumnos que no obtenían uno de estos tickets comentaban por qué no lo habían recibido. También se observaron casos de indiferencia tanto al recibir como al no recibir el ticket. Algunos alumnos no reaccionaban porque no consideraban que el no recibir un ticket fuera algo perjudicial, es decir, no creían que afectaría sus calificaciones o futuras evaluaciones.

Como docente, me encontré con situaciones en las que los alumnos no se sentían bien. En algunas ocasiones, tenían dolor de estómago o de cabeza, por lo que se les permitía tomar aire en la entrada del aula o, si se sentían muy mal, se les pedía que acudieran al maestro titular o a la directora. Esto hizo que los alumnos que presenciaron estas interacciones mostraran empatía hacia sus compañeros, acompañándolos hasta la autoridad correspondiente o preguntándoles qué les pasaba y cómo podían ayudarles a sentirse mejor.

Como se mencionó anteriormente, se llevaron a cabo 2 actividades principales que permitieron un mejor análisis del mejoramiento de la empatía en los alumnos. Para fortalecer la actividad 1, se creó la actividad 2, donde se destacaba si la empatía comenzaba a mejorar, siendo analizada de manera personal por cada alumno. Como docente, realicé una colorimetría en la cual se determinaba si la empatía del alumno era Desarrollo (Buena), Insuficiente (regular) o En desarrollo (Necesita ayuda), según lo observado dentro del aula.

Aquí se muestra la colorimetría de una parte de los alumnos donde se observa que tienen en general un nivel bueno (Desarrollo) en relación a la empatía en el aula, esto basado con lo observado y con lo contestado de manera individual en su autoevaluación

Gráfico de las respuestas de Formularios. Título de la pregunta: Indicador a evaluar.. Número de respuestas: 18 respuestas.
Se muestra el indicador principal para la evaluación que es que el alumno identifique y analice la empatía mediante la autoevaluación.
Gráfico de las respuestas de Formularios. Título de la pregunta: Nivel de desempeño. Número de respuestas: 18 respuestas.

En esta grafica se muestra que un poco menos de la mitad de los alumnos se encuentran en un nivel de empatía desarrollado, que cuentan con el conocimiento de lo que es y además la toman en cuenta en su día a día.

Para concluir esta parte, es importante destacar que el diálogo con los alumnos es fundamental para lograr una empatía con sus compañeros. Si como docente te resulta difícil empatizar con las situaciones que los alumnos enfrentan dentro y fuera del aula, les resultará complicado a los alumnos tener empatía. Claro está que este no es el único factor que influye en ello, pero es uno de los aspectos que se deben tener en cuenta, considerando que los niños están en una etapa donde buscan su identidad y suelen adoptar aspectos que observan a su alrededor para formar su forma de ser.


Paradigma Interpretativo


El punto de vista de las personas siempre dependerá de los ideales, la ética y la moral de cada individuo. Por lo tanto, no siempre es posible llegar a un acuerdo inmediato, ya que las ideas de cada persona se replantean y ajustan.

Durante estas prácticas, ocurrieron diversas situaciones que impactaron mi percepción de la enseñanza y la percepción de las demás personas. Me gustaría enfatizar en algunas de ellas.
En la segunda semana de prácticas, se presentó una situación en la cual dos alumnos tuvieron un conflicto. El estudiante A insultaba y se burlaba del estudiante B, creando un ambiente de hostilidad entre ambos. Ambos buscaban demostrar su superioridad sobre el otro. Al intentar controlar la situación, me sentí impotente al no tener un control total de la situación en un principio. Posteriormente, la situación se calmó y pude conversar con cada uno de ellos, donde pude identificar los sentimientos de impotencia, enojo, inseguridad y la falta de empatía entre ellos. Sin embargo, me pregunté de dónde proviene esa falta de empatía, tal vez de alguna situación difícil en casa o de algún evento que no satisface las necesidades del alumno.

Al hablar con uno de ellos, me dijo algo que como maestro considero que es importante apoyar y mejorar. El alumno dijo:
N: "Es que no puedo controlarme, maestro".
M: "Pero, ¿por qué no puedes controlar ese enojo? Cuando te hablaba, no respondías, parecía que ya no eras tú".
N: "No sé, maestro. Cuando me enojo, solo pienso en eso y siento ganas de responder".

Esto me hizo notar varias cosas. En primer lugar, el alumno se conoce a sí mismo y sabe que no responde cuando está enojado, pero no es capaz de controlar esas emociones que siente. Esto puede ser provocado por situaciones que ha experimentado durante su tiempo en la escuela o por alguna situación familiar. Creo que el alumno ha tenido situaciones donde expresar ira le ha resultado favorable o le ha evitado situaciones más incómodas de las que le gustaría vivir.

También pude ver la importancia de implementar actividades como docente que ayuden a controlar esas emociones. A menudo, nos enfocamos demasiado en la teoría y nos frustramos al no lograrlo todo, pero no debemos olvidar que somos seres humanos y debemos enseñar a otros seres humanos a mejorar.

Esta situación me impactó principalmente porque siento que aún me falta mejorar como docente en términos de disciplina y promoción de valores como el respeto, la tolerancia, la igualdad y la integridad. Estos valores son importantes, ya que fomentan un mejor comportamiento en el grupo y crean una unión impresionante entre ellos si se manejan adecuadamente.

En conclusión, considero que todo lo que se nos presenta, ya sea positivo o negativo, puede ser de gran apoyo. Nos brinda parámetros y cosas que debemos tener en cuenta, lo cual nos ayuda a ser una mejor versión de nosotros mismos cada día.


El paradigma de la complejidad
En la vida diaria siempre ocurren situaciones diversas, algunas positivas y otras negativas, dependiendo de la perspectiva desde la cual se analicen. El mundo está regido por la subjetividad de las personas, lo que es bueno o malo para cada individuo puede variar. Sin embargo, es importante comprender el mundo más allá de esas distinciones y ser capaces de ver las complejidades y matices en cada situación, como el concepto del yin y el yang, donde lo bueno contiene algo de malo y viceversa.

Durante esta jornada de prácticas, hubo situaciones que perjudicaron y otras que mejoraron la experiencia de enseñanza. El clima, en particular el calor, afectó el aprendizaje de los estudiantes, pero también permitió realizar actividades más relajantes. Aunque el calor dificultó la concentración de los alumnos, aprendí a adaptarme y a crear un ambiente más relajado de aprendizaje.

En una ocasión, enfrenté dificultades al enseñar un tema de matemáticas y tuve que buscar apoyo de los alumnos, el maestro titular y recursos en internet. Aprendí que no es malo cometer errores y pedir ayuda para mejorar y ayudar a los alumnos a comprender.

El diseño del aula puede afectar tanto positiva como negativamente el ambiente de aprendizaje. Aprovechar el espacio, la iluminación y los materiales disponibles es importante. La comunicación con los alumnos también es crucial. El docente no es la única persona que puede tomar decisiones, y fomentar una democracia en el aula, donde se valoren los diferentes puntos de vista y opiniones, enriquece el ambiente de aprendizaje.

La enseñanza en el aula no solo implica pedagogía, también se involucran diferentes áreas y aspectos. El conocimiento básico de medicina puede ayudar al docente a manejar situaciones de salud con los alumnos y evitar que se salgan de control. Saber técnicas de primeros auxilios, como las maniobras de desobstrucción de vías respiratorias, puede ser invaluable.

La decoración interior del aula también puede influir en el aprendizaje de los alumnos. Un espacio desordenado, con colores llamativos y sin elementos que promuevan el aprendizaje, puede afectar la atención y la forma en que los niños interactúan y aprenden. Un ambiente amigable a los ojos, con decoración apropiada para el grado y el maestro, y un enfoque en fomentar el aprendizaje, brinda comodidad y alegría a los alumnos al entrar al aula.

El área de las telecomunicaciones permite al docente ser más expresivo y crear un ambiente de comunicación amigable y adecuado para los alumnos. Tener conocimientos sobre el uso de tecnologías de comunicación y expresión ayuda a superar la timidez y a realizar acciones más efectivas con los estudiantes.

El arte y la música permiten la creación de actividades dinámicas y emocionales en el aula. Ser capaces de expresar ideas no solo a través de palabras, sino también mediante movimientos y comunicación no verbal, enriquece la experiencia de enseñanza.

Es importante reconocer que el aprendizaje es diverso y no todos los niños aprenden de la misma manera. No hay nada de malo en ser mejor en un área que en otra. Howard Gardner propuso la teoría de las inteligencias múltiples, que destaca que cada persona tiene habilidades y capacidades diversas. Un estudiante puede destacar en matemáticas, mientras que otro puede ser un futuro artista. Como docentes, debemos entender que el aprendizaje no puede ser igual para todos los niños, ya que cada uno tiene conocimientos, contextos y habilidades diferentes, y debemos adaptarnos a estas diferencias.

La importancia de hablar con los alumnos o con las personas en general siempre será muy alta. El diálogo es la mejor herramienta que tenemos para combatir la ignorancia, la falta de respeto, la intolerancia y la desigualdad. Al hacerlo, nos permitimos mejorar entre todos. Es bueno buscar la mejora de manera individual, pero es aún más enriquecedor si nos apoyamos en los demás y tomamos en cuenta las recomendaciones que nos brindan para ser la mejor versión de nosotros mismos